¿Te cuesta decir “NO”? Aprende a poner límites de manera sana

Escrito por Linabel Chinea
04/11/2022

¿Has estado en situaciones en las qué sientes qué debiste decir “no” “ya basta” y sin embargo no lo hiciste? O ¿has puesto límites y luego quedaste con sensación de culpa? Sí has respondido “sí” a algunas de estas preguntas, estás dentro de un enorme grupo de personas, entre las que yo también he estado. Te comparto parte de mi historia:  

Cuando aprendí todo esto de poner límites, me dije inmediatamente: “esto es pan comido para mí”, porque pensaba qué lo más importante para hacerlo era ser firme y fuerte, dos de mis principales características, pero conforme me fui observando me di cuenta de que no siempre ponía límites en buenos términos, algunas veces terminaba peleada con las personas o con sentimiento de culpa y en otras situaciones dónde debía poner límites de manera moderada no siempre sabía cómo hacerlo. Cuando reconocí mi forma de poner límites y qué eran más los costos qué los beneficios de hacerlo de esa manera, me permití emprender el camino de comprender y sanar lo qué había detrás y hacer los cambios que necesitaba.

Hay dos elementos fundamentales para generar cambios profundos en nuestro ser, comprender y reconocer lo qué debemos cambiar, más el deseo genuino de cambio. En ese sentido, sí decir No te está generando un sinsabor, mi propuesta es qué empieces por comprender cuáles son tus límites, la forma en la que los estás haciendo valer, así como los costos y beneficios qué te ha traído tu forma de hacerloA continuación, te comparto algunas recomendaciones para qué puedas avanzar en ello:  

 Identifica tus límites y cómo los cuidas:

  • Los límites varían para cada persona, así qué tu primera tarea es conocer los tuyos.  Para ello te sugiero que identifiques lo siguiente: 
    • Qué no te gusta que te hagan en tu interacción con el otro. 
    • Qué de eso que no te gusta es negociable y qué no. 
    • Qué de lo qué no es negociable, aun así, lo permites. 

Ejemplos:

  1. No me gusta qué hagan bromas sobre mi/no negociable/no lo permito. 
  2. No me gusta qué usen mi ropa/es negociable/a veces lo permito.
  3. No me gusta qué me apresuren/no debería ser negociable, pero lo permito. 
  4. No me gusta que me digan qué hacer/es negociable/lo permito. 
  5. No me gusta qué me griten/no es negociable/lo permito.
  • Para cada uno de tus ámbitos identifica cómo haces respetar tus límites. Ejemplos: 
    1. A mis amigos: pongo límites bromeando, con agresividad, etc.
    2. A mi pareja: le pongo límites gritando, de manera moderada etc. 
    3. A mis hijos: no le pongo límites, con chantajes, etc.
    4. A mi jefe: le pongo límites con sarcasmos, no le pongo límites. 
  • Sí hay situaciones en tu vida en las que no estás poniendo límites, identifica cuáles son las razones que te están impidiendo hacerlo. Ejemplos: 
    1. Decir “no” a mis padres lo siento como un irrespeto.
    2. Tomo responsabilidades más allá de lo que me corresponde.
    3. Si digo “no” o “no me gusta”, luego siento culpa o vergüenza. 
    4. Siento miedo al rechazo, a destacar, a la autoridad, a que mis relaciones se deterioren, etc. 
  • Reflexiona acerca de los costos y beneficios que te ha traído poner límites como lo vienes haciendo hasta ahora.  

Una vez comprendas cuáles son tus límites y como los estás haciendo respetar, tendrás luz sobre cuáles son los cambios que quieres y puedes hacer, y si puedes realizarlos con tus propios recursos o necesitas ayuda externa.

Aplica los cambios que necesites y práctica:

Luego de que identifiques cuáles son los cambios que podrías incorporar, te propongo que los apliques paulatinamente poniendo límites de manera consciente en cosas muy pequeñas como: pedir que no se te envíe mensajes después de cierta hora, decir “no” a un pedido, etc. 

Durante el ejercicio observa además tu tono de voz, las emociones que te surgen y que tan intensas son, las sensaciones en tu cuerpo (tensión, relajación) e incluso tu respiración (ritmo, fuerza, etc.) Esta práctica te irá mostrando cual es la forma más cómoda para ti de aplicar esos cambios y fortalecerá tu capacidad de poner límites, así como tu confianza para hacerlo.

Cómo vez, cambiar nuestra forma de poner límites requiere mucha autoconciencia, paciencia y práctica. Aunque es un camino que puedes transitar solo/a, contar con ayuda externa puede facilitarte enormemente tu recorrido. Estoy a la orden para servirte desde el coaching que es una herramienta muy efectiva en estos casos. 

Si no sabes aun que es el Coaching, te invito a que le des una mirada a mi post “que pasa dentro de una sesión de coaching de vida” que te ayudará a aclarar muchas de tus dudas.

 

“Cada vez que consideremos que debemos decir que <<No>> y no lo digamos, veremos nuestra dignidad comprometida.”

Rafael Echeverría. 

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Acerca del Autor

Linabel Chinea

Soy Coach ontológico profesional, madre, esposa, empresaria y una apasionada por el desarrollo personal. Tengo el propósito de hacer de este mundo un lugar mejor, contribuyendo al bienestar de quienes lo habitamos.

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